Era la dueña de un amor ridiculo



La que se encontraba con el todos los días a la misma hora (incluso después de media noche) acomodando la mesita y estirando un poco el mantel, preparaba el te para ella y el cafecito que a el tanto le gusta. Algunas veces incluso cocinaba un kuchen o le horneaba galletitas y otras, solo le ponía dos cubos (en ves de tres) cuando se había portado mal con ella y la dejaba hablando sola, eso no le gustaba. Un par de veces intento llamarlo en vivo, pero nunca pudieron hablar de corrido. Lastima.




Lo patetico es, que todas fuimos o seremos de esas ingenuas que se creen dueñas de un amor, pero de esos ridiculos e inalcansables televisivos.

2 comments:

Barril said...

hola
estoy dejando una idea suelta
solo para que sepas que yo se que existes por acá.
un abrazote

[Sinconsciente] said...

Valentina...

No te hagas la des.entendida. No silbes con tus ojos mirando al cielo. Por qué?

Porque al parecer los lugares que existieron todavía existen y los que no existieron comienzan a existir.

Valentina. (2)

Ese dos no es un mono de messenger.

Me falta una movida para que el juego acabe... pero el tiempo determina que los dados se demoren en caer tres semanas. No quiero esperar tanto. No sé cómo hacer para no esperar.

Valentina. (3)

La playa llamada El Canelillo es genial. Se puede nadar hasta bien adentro, aunque el agua se pone bien helada.

Valentina. (4)

Lee el poema Estrella Hija de Estrella de Vicente Huidobro.

Valentina. (5)

Saqué una foto del mar para tí. Te la llevo o te la mando?