De la feria... camino a casa.

Estaba echado junto a ese árbol,

quieto, el viento movía los pelos de su cola peluda y vino el

ese que te creía invencible, el que te seguía el gemido,

ese que creía en tu aullido, te olió..

movió con su hocico tu oreja y comenzó a ladrarte

como si te despertara y te llamara a jugar

ladraba como si fuese a perder su hueso favorito

o el cariño de ese niño que iba las tardes

a la plaza donde ahora tu te encontrabas,

hería con sus ladridos tus oídos...

pero tu, tu no quisiste despertar.


2 comments:

[Sinconsciente] said...

Ok.

Tú dices cuándo... dónde.

Te lo llevaste a casa?

Eres tú la niña que puede suplir aún el cariño del niño? Será suficiente?

Me acuerdo que tienes una mascota.

La escuché ladrar alguna vez.

Son muchas preguntas para gente que solo sabe dormir [como yo].

Un be...

[Sinconsciente] said...

Lo dejo sencillo simple y ligero

A tu criterio.

Hasta pronto.

Valentina