no era yo


Cuando volvimos de caminar de madrugada
-con perros siguiendonos y saludos contrarios-
besaste, mientras dormia, mi hombro,
desperte asustada, babiando
pregunte si pasaba algo
y debiste decir: "solo te miraba dormir"
pero en vez de eso me besaste
y te acurrucaste en la almohada babiada
en mis brasos y entre nosotros
Manjar separando a aquel bastardo de su madre amada.
Todo un dia de santos, sin muertos vivientes claro.